anecdotas frias


Buenos días, buenos post, ayer, por motivos de salud, para ser concretos de mi salud, y en concreto la de mi estomago  y de mi esfínter, no pude escribir ningún post, ni programarlo para que saltara ayer jueves,  la verdad, es que escribir sentado en la taza del wáter no es algo que me motivara en exceso, y seguro que el post no hubiera “olido” bien, así que decidí simplemente no escribir nada, pero hoy, si escribiré sobre alguna cosa.

Evidentemente y para no perder costumbre, no se aun sobre que, espero que ver el programa de la nba de sportmania, me inspire algo…aunque lo cierto es que no se qué, porque de baloncesto no hace falta que nadie me inspire, es mi droga, es mi vida y es mi gran pasión. Pero bueno, sobre alguna otra cosa hablaremos, y como hace un pelín de frio, y estamos en plena ola siberiana, pues hablemos de cosas frías, de anécdotas frescas y frías, así, quizás lo más frio sea hablar de esquiar.

El vater de mis sueños

Bien, un servidor empezó a esquiar de mayor, con 26 o 27 años, el primer día, en la molina, me pille un profe, para que

Frio siberiano

me enseñara como mínimo a girar y frenar un poquito, porque cuando ves las competiciones de esquí en la TV dices joder si es fácil, te inclinas un

Anticongelante siberiano...VODKA

pelín hacia aquí, otro hacia allí, y frenas en seco, y piensas…pues no parece tan difícil…y entonces vas a la nieve, te calzas unos esquís…y dios mío…si te inclinas, te caes, si intentas frenar en seco…te caes, si te mueves…te caes, y si te estás quieto…también te caes, vaya que el primer día de esquí, tiene sin duda un objetivo…y no, no es caerse, ni aprender a levantarse, que también, el objetivo es desmoralizarte y que decidas dejarlo, porque no lo dudes, después del primer día de esquí…tienes que tomar la decisión…o le metes por vía anal los esquís al que te los ha alquilado, o vuelves a intentarlo  hasta conseguir hacer algo que se parezca al esquí, evidentemente, y pese a las ansias de tirarle a la cabeza los esquís al que me los alquilo, seguí intentándolo, y ahora pese a mi técnica particular, soy un esquiador que baja por casi cualquier sitio..En unos por técnica…en la mayoría por cojones, eso sí, cuando me meto en depende que pistas o fuera pistas…me acabo arrepintiendo.

Así en Sant Lary, en Francia, cerca de la frontera con Aragón, fue donde mas aprendí a esquiar, allí, estuvimos 4 o 5 días, no sin antes un viaje de ida…movidito, fuimos con un intimo amigo mío, Ramón,  y con una pareja de amigos suyos, en una furgoneta, salimos de bcn, y por la autopista…nos pillo una niebla de esas que quitan el hipo, íbamos a 30 por la

Las pistas de Sant Lary

autopista…y acojonados, aparte el túnel de Bielsa, cerraba,( ahora no se si sigue igual) a eso de las 12…habiendo salido sobre las 6 de la tarde teníamos tiempo de sobra…pero con la niebla…nos comimos todo el tiempo, llegamos a Ainsa y eran las 23 30…imposible llegar al túnel antes de las 24:00, teníamos 2 opciones, dormir allí…o volver atrás, e ir por la Vall d’aran, así que eso hicimos,  pasamos a Francia, y en superbagneres, como que no conseguíamos salir del pueblo, acabábamos siempre en el centro del pueblo o en su pista de esquí, pero no salíamos , total al final conseguimos salir, y llegamos a Saint Lary, con algo de retraso, teníamos previsto llegar a eso de las 00:30 y llegamos como a las 04:00 de la mañana, hechos polvo, y al día siguiente..pronto… a esquiar, allí nos reunimos con otra pareja que venía de Madrid..que llegaron a las 4…que era su hora.

En las pistas, recuerdo que me quede clavado, en una bajada, en un bump ( un montículo de nieve) y que Salí volando por delante de los esquís…me deje un morado inmenso en mi espinilla…eso el segundo día, el tercero, bajando por una pista muy fácil, decidí, dar caña, y me lance a tumba abierta, yo flipándome solo, y eso que hago un giro a la derecha…justo encima de la única placa de hielo que había en toda la pista, traducción, caída, patinaje sobre unos 20 metros de placa de hielo dura como el acero, cadera con un morado, pierna con rascada enorme y buscar esquís palos y demás  por la pista porque me salto todo , lo peor aguantar el cachondeo de Ramón que tras preguntar si estaba bien se partió  la caja, txiqui…yo también te quiero cabrito.

Mar  uno de los días, ya no podía mas, y echándole un pelín de morro, y aprovechando que éramos los que cerrábamos
las pistas, dijo que se había hecho daño y que no se veía capaz de bajar, así que los pisters, tras intentar que bajara esquiando…cosa que no consiguieron, decidieron subirla a una de esas camillas que salen en las pelis, y se marco una bajada tumbadita y cómoda, a mi me asusto porque creía que se había hecho daño, pero al llegar abajo, salió de la camilla, dio las gracias por bajarla, a la furgo y para casa a cenar

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