Buenos días, hay cosas que no tienen precio, hay cosas que realmente no tienen precio, y yo este fin de semana en Andorra, he tenido algunas de esas cosas que no tienen precio, y la verdad, no son cosas complejas, ni caras, ni nada por el estilo, más bien al contrario, son cosas simples, muy simples y fáciles.
Así he tenido dos ratitos brutales con mi hija, nos hemos metido en la bañera, bueno para ser exactos en el jacuzzi y hemos jugado con la espuma…vaya que hemos tirado agua y espuma hasta niveles insospechados no…lo siguiente, y aparte hemos mojado a mi mujer, así que ha sido completo, risas con mi hija, espuma, agua, y diversión…y lo más importante, lo que no tiene precio…la sonrisa…vaya las carcajadas de mi hija, eso, no tiene precio…vaya es que ese sonido, el de la risa de mi hija, vale todo el dinero del mundo y mas, y a mí me ha costado…darme un baño de espuma…sin duda un día redondo…y lo mejor, es que han sido dos días en que hemos tenido baño de espuma….simplemente….brutal.
Hay muchos momentos que no tienen precio, desde una llamada que me llego a Toronto, hasta un partido ganado, una temporada exitosa , lo cierto es que hay muchas cosas que no tienen precio, las risas con los compañeros de equipo, con los compañeros de trabajo, sin duda no tiene precio los cachondeos que tengo con algunos compañeros de trabajo.
Por ejemplo, con Eugenia, no tiene precio llevarle la contraria, lo mejor del caso es que el día que por H o por B no me meto con ella, viene y me dice…te pasa algo? Estas enfadado conmigo o algo? Lo cierto es que es una de las personas con quien mejor me lo paso, aparte la llevo cada da del trabajo a su casa. Otro con el que tengo momentos que no tienen precio es con Evaristo, merengue empedernido es “blanco” de mis coñas cuando el Barça gana y su equipo..pierde, aparte nos reímos de muchas cosas, sobretodo cuando imita a la gente, es un imitador nato, y lo cierto es que lo hace de puta madre, aparte todo el es cómico, recuerdo una vez que tropezó con un pallet, se cayó, dio una voltereta, se levanta todo serio, y yo que estaba al lado le digo, nene estas bien, me respondió serio con un si…y me dijo..me ha visto alguien…yo…creo que no…y entonces empezó joder que ostión me he dado…y empezamos a reírnos, es de esas personas que te acorta las horas de tedio, otra que es bastante así, es Susana, mi compañera de enfrente en la oficina….diría que es un continuo intentar tomarnos el pelo el uno al otro y el otro al uno, lo cierto es que con ellos tengo grandes momentos, que hacen que la pesadez del trabajo sean menos pesados.
Aunque sin duda los mejores son los momentos en que oigo reír a mi hija a pierna suelta, ya sea por una payasada mía, por una de su madre o porque nos enzárzanos en una guerra de cosquillas.
Lo cierto es que todos tenemos a diario muchos de esos momentos que no tienen precio, solo hay que estar atentos a no perdérselos, y sobretodo saber disfrutarlos, porque hay más de un amargado que se niega a disfrutarlos…y hay que ser burro para no disfrutarlos.
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