Mi club

Divendres, Friday, vendredi, viernes, por fin es viernes, la semana se acaba, y la sonrisa aparece, por fin es viernes, ya teníamos ganas de que llegara, y tras mucho madrugar, mañana podremos levantarnos un poquitin mas tarde, por fin es viernes, ya teníamos ganas la verdad.

Bien, es viernes, y hoy ha playoff de semifinales, no he podido ver mas que unos minutitos del partido de hoy, entre Madrid y CAI, pero vaya, el de hoy espero poder verlo enterito.

Porque veamos, para muchos, el baloncesto no es mas que un espectáculo, para muchos el baloncesto no es mas que un deporte, para muchos el baloncesto, no es mas que una excusa para juntarse y reírse un rato, y para mi el baloncesto, es todo eso, y muchísimo mas, es casi una forma de vida, es una parte vital de mi existencia, es mi pasión, es mi obsesión, es mi amargura (las jodidas lesiones) y es mi alegría.

Este año, sin jugar federado, sin entrenar, sin tener esa rutina, sin tener esa válvula de escape, me siento extraño, antes 3 veces a la semana, tenia unas 4 o 5 horas en que mi mente, se formateaba, se liberaba, en que las endorfinas tras un entreno, o partido, fluyan libremente y sobretodo, en que tenia la mente completamente liberada.

Mi amor por este deporte, nació hace muchísimos años, incluso antes de empezar a jugar federado, pero sin duda llegar al SESE, mi club, mi club

de toda la vida, ese del que pese a llevar años sin jugar en él, aun soy socio, y pago unos 30 o 60 eur al año, ese que me permitió entrar y conocer esta forma de vida tan maravillosa.

Recuerdo, fichar por el júnior B, entrenar en las ahora olvidadas pistas de la calle Santanyi (estimado cura, , cuanto daño ha hecho usted a los que practicamos y vivimos este deporte), donde me pase horas, horas y mas horas, aprendiendo lo que es jugar en equipo, disfrutando de cada tiro, de cada canasta, de cada error, de cada entreno, hiciera frió, o calor, hubiera humedad, o no, la verdad, ahora cuando paso por delante de las antiguas pistas del SESE, me entran muchas cosas, nostalgia principalmente, y ardor de estomago, al pensar que detrás de esa puerta, desconchada por el tiempo, de esa puerta, que antes te abría paso, a la diversión, al deporte, a las risas, a las emociones y también a algunas decepciones, que detrás de esa puerta, que te abría camino casi diría a la vida, ahora solo hay, unas canastas viejas, y un nido de ratas.

La verdad, pasar por allí, me cabrea, me trae maravillosos recuerdos, como cuando con Panoramix de entrenador, nos tocaba jugar a las 16:30, y que nos hacia quedar una hora antes, para empezar a calentar, y como el conserje no llegaba hasta las 16:00 nos tocaba cambiarnos en la misma calle, o cuando bajabas a la cueva que teníamos por vestuario local los chicos, o cuando llegabas porque no sabias que hacer, y te ibas un sábado por la mañana, a ver jugar a los preminis, a los minis, infantiles, cadetes, tanto de chicos como de chicas, cada vez que paso por delante de esa puerta, veo todo eso, lo saboreo, lo recuerdo, es mi club, es mi casa, es donde pase mi adolescencia, entre balones de baloncesto, entre avisos de block, entre ruedas de entradas, entre peleas por pillar las pelotas buenas (las de cuero) y intentar colar a otros las mikasa de plástico, quizás es que soy un romanticon, pero era bonito, que coño, era maravilloso, y verlo cerrado, la verdad, me sabe mal, me cabrea,  y me cabrea, porque se desperdicia un espacio, donde ahora mismo, esos chavales de 15 o 16 años, no pueden disfrutarlo.

La verdad, no quería escribir exactamente de esto, quería hablar de mi club, si , de mi equipo de toda la vida, de cómo subimos al senior B de categoría, justamente en esas pistas que ahora están cerradas, de cómo mi compañero de equipo, Xavi López Abril, al año siguiente, me propuso un, mira Jordi, tienes dos opciones, puedes fichar por el senior B, y jugar lo que te de la gana y mas, o la opción B, es que fiches `por el sub-23 A donde no puedo asegurarte los minutos, y en los que a priori serás de los que menos juegues, a lo que le conteste con un claro y rotundo, Xavi, no te preocupes, yo ficho por el sub 23, que los minutos ya sabes que me los ganare, y así fue, de ser quizás el que menos minutos iba a tener en teoría, acabe siendo uno de los interiores que mas minutos jugaba en ese equipo, un equipo que la verdad, jugaba como los Ángeles, lo teníamos todo, teníamos calidad, Oscar, Sito, Dani, Victor, Quique, Tatay(rectifico…no era Tatay…era Israel, Tatay ya estaba en el senior A), Paco, Pink panther Albert, yannakis, y otro interior que  ahora no recuerdo su nombre, que ahora mismo…no consigo saber quien es, le veo la cara, su forma de tirar, pero no recuerdo su nombre (creo que se llamaba chema…pero no estoy seguro), pero vaya es igual, teníamos calidad, unos mas que otros, pero todos la teníamos, y sobretodo, teníamos un carácter ganador brutal, posiblemente, sea el equipo con mas talento en el que he jugado, y hoy, quería hablaros de eso, pero…me he liado con las viejas pistas de Santanyi, unas pistas, que sin duda alguna nos hicieron crecer, nos dieron carácter, mucho carácter, porque si eres del SESE, tienes carácter.

La verdad, ver esas viejas pistas cerradas, sin que ese cemento sienta el bote de un balón, sin que ese sonido resuene en el espacio, un espacio ahora mismo, muerto, muerto por la voluntad de un párroco imbécil, que quiso matarnos el espíritu…por suerte, nada nos puede matar ese espíritu guerrero que los que hemos estado allí, tenemos, nada ni nadie nos quitara ese espíritu, nos quitaron quizás, la cuna de nuestros sueños deportivos, pero no el amor por este deporte, y por nuestro club,mi club, ese al que hace mucho al que no voy, pero que sigue siendo mi casa y mi club