Nyigo-Nyigo, el gato que debe estar en el cielo.

Supongo, que en el mundo, debe de haber muchos santos, personas que son buenas, comprensivas, con paciencia, que ayudan a los demás, que pese a que les des la lata no tienen una mala palabra, una mala acción, un nada en contra tuya, y digo supongo, porque diría que no conozco a ninguna, que si la puteas día si, día también no acabe saltando, algunas a la primera, otras a la 3 millones, pero todos acabamos saltando.

Bien dicho esto, he de decir, que yo si conozco un ser, un ser vivo, que era un santo, y que sin duda debe estar en el cielo, porque se lo gano por aguantarme cuando yo era pequeñito.

temporada 5 de El Santo: El prisionero Ruso

El nombre de mi querido amigo, era Nyigo-Nyigo (Ñigo-Ñigo en castellano)y tenia un precioso color anaranjado, era un cazador increíble, rápido, ágil, listo y paciente, era sin duda un pequeño tigre, y verlo cazar era increíble, recuerdo, estar en el comedor de casa de la Sra.Pilar,

sentado al lado de la chimenea, y ver como Nyigo-Nyigo estaba aparentemente roncando, ronroneando sobre mis rodillas, mientras le acariciaba el cogote, y de pronto, notar que su cuerpo de manchas anaranjadas, se ponía en tensión…y por el rabillo del ojo, miraba…para de golpe…salir disparado…y pillar un ratoncillo, que nadie vimos…menos él, eso si, como buen felino, era un pelin cabrito con sus presas, y lo veías pillar el ratón…y luego jugar con él antes de darle muerte.

Supongo que ya habréis visto, que Nyigo-Nyigo era un gato, pero como digo, era un gato especial, un gato diferente…para mi era EL GATO, y era un gato fuera de lo común, al igual que todos los gatos, era un animal, listo, independiente…pero a diferencia del resto de los gatos del mundo..era capaz de aguantar a un crío barcelonés que con el mejor animo del mundo…le hacia autenticas perrerías.

Eso si, deciros que las perrerías que le hacia, eran todas, y repito TODAS, con todo el amor y la buena intención que podáis imaginaros y mas, ya que adoraba a ese gato, y supongo que me permitía hacérselas porque él sabia que lo quería con locura, pero lo cierto es que Nyigo-Nyigo jamás intento arañarme, jamás intento morderme, lo máximo que hacia, era o salir disimuladamente del comedor (pocas veces) o apretarse contra el suelo para que yo no pudiera meter mis regordetes dedos debajo de él y levantarlo.

Pero vayamos a algunas de las putadas que le hacia al pobre animal, un ejemplar de gato adulto, macho, cazador…y paciente: evidentemente la primera es que si estaba en la sala, mi primera intención era cogerlo, acariciarlo, jugar con él , pero contad que yo tendría 4 o 5 añitos, así que digamos que mi nivel de delicadeza podía ser…bajo, cariñoso si, pero bajo, y así entre achuchones y besos estrujaba al pobre bicho, aunque también es cierto, que muchas veces, lo sentaba en mi regazo, y le hacia cosquillas en el cogote o en la barriga, o en su cuello, que estiraba como un poseso y le oías ronronear e incluso en alguna ocasión, llegar a quedarse dormido…o quedarnos los dos fritos sobre el sofá.

Como digo en esas ocasiones jamás me levanto una pata para arañarme, y tampoco lo hacia cuando le hacia la peor de las perrerías, una que cuando la señora Pilar me veía siempre soltaba la misma frase, con ese acento gironi tan característico de las gentes del Alt Empordá, y que no era otra que:

• Jordiiiiiii, que faaaaass? Que em negaras el gat ( Jordi que haceeeees? Que me ahogaras el gato

Os preguntareis que hacia, pues bien imaginaos una casa de pueblo, con sus corrales para cerdos, conejos, patos y gallinas, con su lavadero fuera, y con todo lo que una casa de “pages” pueda y deba tener, pues bien, yo lo que hacia, era ver si el lavadero (el safreig en catalán) estaba lleno de agua, y entonces pillaba al pobre gato, ya fuera por el cuerpo, ya fuera por la cola, y trataba de meterlo en el agua, ojo…no con animo de putear al animal, si no por una razón muy simple…trataba de limpiarlo, de bañarlo, y era por eso que mi respuesta a la Sra. Pilar siempre era la misma:

• No Pilar, no, que sols vull banyarlo, no pas ofegarlo (No Pilar no, que solo quiero bañarlo, no ahogarlo)

Y lo cierto es que en alguna ocasión, conseguía meterlo en el agua, eso si, salía disparado como alma que persigue el diablo, pero nunca me hizo ni un simple arañazo, ni tan siquiera el intento de arañarme o hacerme daño, y ojo…me lo hubiera merecido mas que sobradamente, pero supongo que Nyigo-Nyigo, sabia que lo quería con locura, y que lo hacia siempre con buena intención, y que siempre cuando nos sentábamos a la mesa…caía distraídamente un trocito de algo…por eso siempre tenia no uno sino dos protectores al lado, a un lado el perro…al otro el gato…un perro, que protegía al gato de los otros perros…y un gato…que protegía al perro de otros gatos..y ambos a mi lado…esperando que cayera..sin querer…un trocito de pollo, o un cacho de queso…o lo que fuera menester.

Sin duda, Nyigo-Nyigo era el mejor gato del mundo, y su atigrado cuerpo, debe estar cazando ratones por el cielo de los gatos…un cielo, que sin duda tiene más que ganado.