EL pasado fin de semana, tuvimos la gran suerte, el gran placer, de estar en la preciosa ciudad de Vitoria, la verdad es que llegamos el sábado por la mañana, a eso de las 9:45 de la mañana, tras salir sobre las 5 de la mañana de Barcelona, un viaje que fue la verdad rápido y placentero.
Llegamos el ultimo día de las fiestas de la Virgen Blanca, y tuvimos la oportunidad de ver subir a Celedon, pero no solo fue eso, porque lo que hizo realmente especial esta pequeña escapada a Vitoria-Gasteiz, fue sin duda alguna, la

Su novela Los pilares de la tierra esta inspirada en la catedral de Vitoria
compañía.
Y no me refiero solo al hecho de que fuéramos Mar yo, si no a la compañía que nos esperaba en la capital alabesa, la primera que vimos fue a Zuriñe, que nos acompaño al parking que su padre Luis, amablemente nos cedió, y de ahí, ya fue empezar la ruta, Zuri nos llevo a los primeros bares para comer pintxos, y su padre Luis también se nos unió ( y nos regalo dos pañuelos rojos para integrarnos mas facilmente en las fiestas vitorianas), luego visitamos la catedral de Vitoria, algo que 15 años atrás, cuando fui a la capital alabesa por primera vez no se podía hacer, ya que amenazaba con caerse.
Tras la visita de una hora larga, seguimos paseando por la ciudad, y fuimos al hotel, ducha y mientras Nekane ya se unía al grupo y nos íbamos con Zuri y Nekane…de pintxos, que la verdad, estaban que te cagas de buenos.
Luego vimos a Iñaki, vestido de blusa, y tuve la gran suerte de desvirtualizar a Unai, con quien nos hicimos 4 fotos, y que por la tarde, me hizo un regalazo, que hace que la escapada a Vitoria haya esos toques especiales, que la han hecho increíble, ya que Unai me regalo una txapela que voy a guardar con muchísimo cariño.

Pero la visita a Vitoria no ha sido solo especial por eso, si no porque el padre de Iñaki nos hizo otro regalo especial, algo que nos transporto a lo que podríamos llamar el Euskadi más profundo, y más maravilloso, ya que nos invito a una sociedad gastronómica, una cosa que la verdad nos entusiasmo, aparte hablar de baloncesto con Iñaki Amestoy padre, es todo un placer de dioses, y encima conseguí “picarlo” y me prometió que me escribiría una réplica a un post mío, publicado en este mismo blog, que se titula Los jugadores vistos por un pívot (Osea los cab.. que no me la pasan).
La verdad, el finde en Vitoria, reuniéndonos con los amigos de la copa, con Zuri, Luis, Nekane, Gerardo, Iñaki, Josu, fue simplemente maravilloso, y lo cierto es que lo disfrutamos como enanos.
Aunque eso sí, debemos haber aumentado dos tallas el pantalón porque nos pusimos de pinchos hasta las cejas…o un poco más.

Lo cierto es que la compañía de todos, mas la del padre de Iñaki, la de su mujer Marichu, nos hizo sentir como si fuéramos unos mas allí,, incluso tuvimos el placer de participar en actos de los blusas y acabamos a las tantas de la madrugada, bebiendo, riendo y bailando…y tomándonos un chocolate caliente, que me sentó como dios.

Sin duda fue un enorme y maravilloso fin de semana, y espero que pronto podamos volver y repetirlo, porque decir que nos lo pasamos bien…es quedarse muy corto, pero eso si, a la próxima vez, espero que también venga la pequeñaja.
Gracias por todo, a todos nos lo hicisteis pasar de cine, y eso…simplemente no tiene precio, fue un fin de semana memorable, divertido, cansado, agotador, maravilloso, y todos los adjetivos calificativos positivos que querais añadir
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