Bueno pues hoy no sé bien, bien cómo enfocar de lo que quiero hablar, pero si tengo claro de quien quiero hablar, porque hoy os contare cosas de mi bisabuela, porque yo, tengo la suerte de haberla conocido.
La verdad es que la “iaia Carmeta” (así se llamaba mi bisabuela, ni Carmen, ni besavia (bisabuela en catalán), era la “iaia Carmeta”) era una mujer de carácter, una persona pequeñita, regordeta, que adoraba a los suyos hasta el máximo nivel, algo que veréis al final de este post.
Bien mi bisabu..qué coño, la “iaia Carmeta” fue una mujer activa hasta prácticamente cuando murió, durante muchísimos años, (con más de 80 años) bajaba cada día al mercado de Santa Caterina de Barcelona, y compraba cuatro cosas, y volvía a subir a casa, una casa del casco antiguo, con vistas al mercado, y por supuesto sin ascensor, así que cada día, subía y bajaba los 2 pisos que había desde casa hasta la calle, y luego los subía.
Y la verdad es que pienso que eso fue una de las cosas que hicieron que la “iaia Carmeta” estuviera siempre bastante bien físicamente, aunque sí de físico estaba bien, de cabeza estaba mejor, con la mente clara y despierta.
Me acuerdo, que cuando volvía de la guardería (vivimos hasta que yo hice 6 años en casa de mis abuelos, y allí estaban mis padres, mis abuelos, l’avi Pepet y la iaia Maria, y la iaia Carmeta que la verdad era la autentica matriarca de la 
familia) me daba sugus de fresa, chocolate o todas esas chucherías que los padres decimos que no podemos comer…pero la iaia Carmeta…me las daba.
La verdad es que la iaia Carmeta murió con 90 y muchos, la verdad no recuerdo cuantos, pero fueron 90 y muchos, pero como os digo, siempre tuvo la cabeza clara y despierta, y cuando la ingresaron en el hospital, porque tenía problemas respiratorios (creo que era por eso) fue cuando empeoro, y le paso una cosa, que me ha quedado marcada a fuego, porque le paso una cosa, y dijo una frase que la definía a la perfección.
Como os digo, la iaia Carmeta era la matriarca, cada 16 de julio, día de santa Carmen, toda la familia estaba en casa, nosotros que en verano nos íbamos a Cistella en el alt emporda, bajábamos para estar (150 km de coche de bajar y 150 de subir) pero allí estábamos siempre, porque era el santo de la iaia Carmeta, y para ella ver a toda la familia reunida, le daba vida, le daba salsa, lo disfrutaba.
No os diré que mi iaia Carmeta era perfecta, porque no lo era, cuando se cabreaba tenía un carácter terrorífico, pero se desvivía por la familia, y por eso cuando estando en el hospital, entraron mi padre y mi tía, y no los reconoció, fueron unos minutos, pero los suficientes para que cuando volvió en sí, se preocupara, y dijera una frase:
- “Si no puc reconeixer a la gent que m’estimo, prefereixo morir-me” (Si no reconozco a la gente que quiero, prefiero morirme)
La iaia Carmeta ya no salió del hospital, estuvo clara de mente hasta el día de su muerte, solo tuvo ese ratito de ofuscación, pero yo creo que ella se dio cuenta, de que esta ofuscación podía darse más a menudo, y vivir, sin reconocer a los que más quería, no lo hubiera aguantado.
En fin hoy quería contaros esto de mi bisabuela, la iaia Carmeta, y deciros que yo tuve la suerte de conocer a mi bisabuela, una suerte que Carla también tiene, y la verdad, a todos los que puedan, disfrutad de vuestros bisabuelos, de vuestros abuelos, son fuente de energía positiva, son fuente de sabiduría, son fuente de amor incondicional…no lo desperdiciéis.
cosasdejordi 
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