Las navidades, las blancas navidades…época de amor, y de reconciliación, de ver a la familia y todas esas cosas..y la verdad, época que a mí me repatea bastante la zona estomacal…tanto figurada como literalmente.
Figurada porque la verdad es una época del año que más bien me deprime, no me gusta la navidad, encuentro que si quieres estar con un familiar, no has de esperar a navidad, y si solo te ves por navidad, es en el 90% de los casos, mas por obligación, que por ganas, y muchas veces es mas por hacer contentos a tus padres que por ganas, personalmente, si el próximo año puedo, emigro a un sito de sol y playa, y que le den morcilla a la Nochebuena, el día de navidad y Sant Esteve, eso si el que quiera venirse bienvenido será.
La verdad la perspectiva, de pasar esos días, en una tumbona de playa, o viajando por donde sea, me atrae bastante más que no la de pasarlas en casa, llamadme desapegado si queréis, pero es que simplemente en estas fechas, me agobio lo que está escrito y lo que no está escrito.
Por otro lado, son estos 3 rimeros días…un autentico ataque a la línea de flotación de mi barriga, porque mi suegra, mi madre solo hacen que llenar la mesa de manjares, a cual más sabroso y a cual más nocivo para mí ya de por sí, deformada línea.
Que si polvorones traídos desde la lejana Almería por la tía Ascensión, que si neules de chocolate, que si comidas interminables, que si mas polvorones, que si pasteles de postre en casa de mi madre, que si platos y mas platos de comida, que si almejas, que si navajas, que si carne con piña, que si canelones, que si turrones (aunque de eso no peco, porque no me gustan)…en fin una larga lista de comilonas que provocan que en tres días…engordes 27 kilos…y eso si eres moderado comiendo….pero es que en estas fechas ese concepto, la moderación en la comida es algo abstracto, y casi imposible.
Por otro lado estas fechas, comportan una patología de oído grave, que afecta principalmente a madres, suegras, abuelas o persona que cocine, ya que por ejemplo si tu suegra o tu madre te dice quieres más? Y tú no que estoy lleno… algo que tu madre, suegra, abuela o cocinero entienden como un…se ha quedado con hambre…ponle mas, y te endiñan un nuevo plato de lo que sea.
Encima luego llegan los postres, y que si polvorones, que si neulas, que si mantecados, que si turrón, y tú que estas lleno a reventar…pero dices…uff esos polvorones, me llaman, es como el canto de las sirenas, sabes que no debes, sabes que no te van a ir bien, sabes que son “tóxicos” para tu figura…pero la tentación es demasiado grande, y como no, sucumbes, y lo haces engañándote, diciendo, va solo uno…pero una vez te comes uno, ya has caído…porque es uno, otro, y otro…y acabas empalmando con la cena… y la rueda vuelve a empezar….traducido…has engordado 5 kilos de una sentada…como quien no quiere la cosa, has roto tu cintura por 14 sitios, y tus pantalones han pasado a esa dimensión en que crees que el armario los encoge, pero no…eres tú que has engordado lo que no está escrito.
En fin, espero que el próximo año, estas fiestas, las pase en una playa remota, tomándome un daikiri mientras remojo mi hermoso culo en las aguas turquesas de una playa paradisiaca, o mientras hago un precioso castillo de arena blanca con Carla…pero me temo, que lo único que conseguiré es caer en las tentaciones de siempre…eso sí, la navidad seguirá sin gustarme, y deprimirme, y cuando me deprimo, como, y en estas fechas…si unimos al exceso de comida, mi tendencia natural a comer cuando me agobio…pues pasa lo que pasa…que me engordo
Deja una respuesta