Como podéis comprobar, llevo unos cuantos días, desconectadillo, más que nada…porque llevo unos días de vacaciones, en concreto unos cuantos días de vacaciones…en el paraíso, porque no nos engañemos, Las Negras, en el Cabo de Gata…es un paraíso…o al menos, es mi pequeño paraíso.
La verdad es que es llegar aquí, y dejar el stress mas perdido que un pulpo en un garaje, calma, calma y más calma…todo ello, sazonado con una paellita, unas almejillas, alguna que otra alhambra y alguna que otra tapita.
A eso le sumamos un poco de de piscina, un poco de playa y venga fiesta completa, es el sitio, el cabo de gata, tan paradisiaco, que tenemos por aquí, incluso a la alcaldesa de Barcelona, a Ada Colau, que parece que se ha perdido por estos preciosos parajes.
La verdad, a mi Almería, y el cabo de gata en particular, me tienen enamorado, son sitios, que quiero y aprecio con locura, más que nada porque me siento muy a gusto aquí, lo cierto es que sentarse en la terraza como estoy ahora, viendo el mar, mientras escribo estas 4 líneas, no tiene precio.
Por otro lado, la vida aquí, es anti estresante total, lo más complejo del día, es decidir si me pongo el bañador azul, o el rojo, si me baño con Carla en la piscina, o nos vamos a la playa, quizás ahí nos estresamos mas, ya que si sopla levante, hay que vigilar con algunas playas, que pueden ser un pelín peligrosas, más que nada por las corrientes que se generan en ellas.
Pero igualmente, ayer nos fuimos a la Isleta del Moro, y había olas, y simplemente Carla y yo, nos pasamos el rato saltando las olas, unas olas que rompían mil veces antes de morir en la orilla, ya que es una playa bastante plana, pero que sirvió para que Carla, Mar y yo disfrutáramos un rato como enanos.
Lo cierto es que en verano, el paisaje del cabo de gata, es casi lunar, sus tonos marrones, ocres, sus colores resecos por un sol que todo lo abrasa, y que hace que a ciertas horas, salir a la calle o incluso ir a la piscina sea una osadía al alcance de unos pocos locos, es un paisaje sin duda salvaje, duro, pero a la vez maravilloso.
Lo cierto es que aquí, en el Cabo de Gata, si algo va buscado, es la sombra, un bien escaso, por no decir escasísimo, pero que es a la vez uno de sus encantos, lo curioso, es venir al Cabo de Gata, por semana santa, porque este paisaje marrón, árido, casi desértico, se transforma, y lo hace en un color verde, lleno de vida, con multitud de colores por las flores que pululan por doquier, y sin duda, la primera vez que lo vi, me sorprendió, ver ese verde, esas explosiones de color que provocan las flores en su máximo esplendor, porque mi imagen del Cabo de Gata es con tonos marrones, y no verdes.
Lo cierto, es que aquí, en las Negras, ahora mismo, estoy en la gloria, sopla levante un viento que en las Negras, significa frescor, porque sopla del mar, a la tierra, y viene cargado de humedad…lo malo o menos bueno, es cuando sopla poniente, un viento que viene de Almería, que pasa por todo el cabo antes de llegar a Las Negras, y es un viento seco, caliente, un viento que curte la piel, y que hace que entonces, las temperaturas aquí, se disparen hacia arriba…. Pero…estando de vacaciones…casi diría que no importa el viento que sople…y si sopla poniente, siempre puedes tener cerca, una alhambra bien fresquita, que te alivie el calor..y si sopla levante…pues también, que para algo estamos de vacaciones.
No sé cuando volveré a escribir, quizás mañana, quizás cuando vuelva a Barcelona, pero lo que si se seguro, es que como cada año, voy a disfrutar de un lugar maravilloso, de un paisaje salvaje, lunar e indómito…en definitiva, voy a disfrutar de un paraíso, porque para mí Las Negras, y el Cabo de Gata son eso…un pequeño y maravilloso paraíso.
cosasdejordi 
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