Estoy enfermo, he de reconocer, que estoy enfermo, para ser exactos, estoy muy enfermo, y tengo una enfermedad, que me da que es incurable, porque estoy enfermo de baloncesto.

Estoy tan enfermo de baloncesto, que hablo de él siempre que puedo, que salgo en la radio hablando de básquet, hago una web, colaboro activamente en un par mas, estoy en diversos foros, los jueves, voy a jugar partidos en la liga 2+1, y cuando puedo, acudo al Palau Blaugrana, para ver y narrar partidos de baloncesto.
Pero mis síntomas, no acaban ahí, ya que se han agravado, se han agravado tanto, que este lunes pasado, he cogido, y a las 20:30, me he presentado en campo del AE Boet Mataró, para hacer un entreno con los veteranos de susodicho equipo, y todo por culpa de otro par de enfermos, casi tan graves como yo, que me han insistido en hacerlo.
La verdad, esta enfermedad, el baloncesto, matar, no te mata, es más te entretiene, pero cuando tienes 42 años, una rodilla hecha polvo y sobre todo exceso de peso, al día siguiente…te deja para el arrastre, pero no es menos cierto, que el lunes, en el pabellón del Boet, me lo pase como un puto enano, y encima desvirtualice a dos personas que tienen los mismos síntomas que yo, Julio Garrido, Xevi Scevi y Joan Campmany.
Me encantaría, que algún día, mi hija Carla, sintiera la misma pasión que yo siento por el baloncesto, ojo, no digo que le tenga que gustar el básquet, pero ojala encuentre un deporte, que le apasione y le llene tanto como a mí me apasiona y llena el baloncesto, y no os quiero engañar, ojala ese deporte, fuera el básquet, pero eso es algo que ha de decidir ella, no yo.
Lo bonito del básquet, es que llegas a un sitio, donde solo conoces a 2 personas, y encima a ninguna de ellas la conoces in person, ya que solo las conocía de forma virtual a través de foros en facebook, y llegas allí, pones un balón naranja…lo lanzas al aire…y es como si te conocieras de toda la vida, y eso es porque el baloncesto, el baloncesto que yo entiendo, no se juega, el BALONCESTO SE VIVE, se saborea, se paladea, se disfruta, y si se hace con gente, que lo vive, lo saborea, lo paladea y lo disfruta con la misma intensidad que tu, se transforma en un experiencia maravillosa.
Y es maravillosa, porque acabas de jugar, te vas al vestuario, con gente que no conoces de nada, y la conversación fluye, ¿Dónde jugabas tú? Ah pues yo jugué contra tu equipo en juvenil, sénior, ….y hablas de baloncesto, y si eres veterano, como es el caso, de recuerdos maravillosos.
Estoy definitivamente infectado por el virus del baloncesto, un virus, que me permite el lujo de coger un coche, cascarme los 32 km que hay desde mi casa a Mataró, para irme a jugar con gente que no conozco, pero que está deseando tanto como yo, que vaya a tirarme unos cuantos tiros con ellos, que está deseando, acabar el entreno, para tomarnos una cervecita fresca (aunque algún degenerado se acabe tomando un Aquarius), y estemos 20-30 min, hablando de baloncesto, porque esta enfermedad, no se acaba en la pista….te acompaña siempre, no te abandona nunca.

Muchas gracias Julio Garrido, Joan Campmany, Xevi y a todo el resto de veteranos del Boet, que me hicieron sentir el lunes como uno más del equipo, como uno más de su club, y que me permitieron compartir con ellos, una horita larga de baloncesto, hoy, estoy sin rodillas, con las piernas muertas, y con algún golpecito por ahí repartido, pero es que esto es baloncesto, y estos son sus síntomas, y la verdad espero volver algún otro día, eso sí, tendremos que conjuntar los astros de nuevo como el lunes, pero seguro que a poco que pueda…vuelvo.
Que grande, gente como tu ennoblece este gran deporte.
yo solo lo juego, lo disfruto, lo vivo…es mi gran pasión, mi enfermedad