Hay veces, que las pequeñas historias, se vuelven grandes, que pequeñas cosas, se vuelven grandes, que te marcan, que te dan una esperanza, una alegría, incluso cuando pasan cosas que no te afectan directamente a ti, pero que las ves y dices…ole sus huevos, así se hace.
Así por ejemplo el 3/11/14 escribía sobre una historia, de baloncesto, vida y muerte, era la historia de Lauren Hill, alguien que nos arranco a todos los conocimos la historia no una lagrima, muchas (la podéis leer aquí en QUE VALE UNA CANASTA).
Lauren Hill, consiguió su sueño, y por desgracia nos dejo aquejada de un cáncer cerebral, pero lo cierto es que el baloncesto, le dio algo maravilloso, y se pudo ir, cumpliendo su sueño, después de eso, tuvimos otra historia de baloncesto y cáncer, en este caso no afectaba directamente a un jugador, pero si a su hijo recién nacido, Levon Kendall, que sufre un cáncer cerebral y que por suerte parece que se está recuperando y bien en esa ciudad que tanto quiero y que tanto me ha dado, Toronto.
Hoy, hemos tenido otra de esas historias, de baloncesto y enfermedad, Kyle Kuric, hoy, volvía a una pista de baloncesto, y lo ha hecho tras superar otro cáncer cerebral, la verdad, ver como un jugador, que supera una enfermedad como esta, vuelve no solo a la vida normal, sino a jugar al máximo nivel, es una jodida maravilla, verle anotar ese primer tiro, y tocarse la sien derecha, ver un pabellón que se levanta, se pone en pie, cuando Kyle salta a la pista, y que enloquece cuando anota ese triple.
Un triple, que como la canasta de Lauren Hill, tiene un precio, un valor, inalcanzable, porque valen una vida, y son símbolo de esperanza, símbolo y señal de lucha, porque lo que hay que hacer cuando te pasa algo así es eso, luchar, tener esperanza, cada uno puede tomárselo como quiera, como el reto que quiera, quizás, como un partido más, que hay que ganar, un partido, que va a ser duro, donde el rival, no va a jugar limpio, un partido en que te soltara el codo siempre que pueda, que cuando penetres se te meterá por debajo para desequilibrarte, un rival, que cuando te este ganando de 40, se reirá de ti, pedirá un minuto, cuando falten 10 segundos, pero tu deberás ser más duro, más listo, mas cabro, perderás partidos de esa eliminatoria, pero…el triple de Kyle, la canasta de Lauren, el dejarlo todo por su hijo de Kendall, es la demostración de que no hay que rendirse, que el rival es duro, que el rival es un cabro, pero no es invencible, y que con trabajo, esperanza y con ganas de seguir adelante…se puede, y como he dicho muchas veces, y me he aplicado a mi mismo mil veces, caerse es una posibilidad, levantarse es obligación, rendirse…no es un vocablo que se pueda conjugar.
Conozco gente que tiene cáncer, personas que les dijeron duraras dos días, y llevan muchos años dando guerra (y que estarán muchos más dando guerra), gente que lo ha superado, y otros que por desgracia, no lo han conseguido, pero que lucharon y no se rindieron.
Hoy Kyle Kuric nos ha demostrado que se puede ganar, que se puede superar el cáncer, que rendirse no es aceptable, que él no puedo…no existe, querer, es poder, y ojala su ejemplo de superación, sirva de ejemplo otros enfermos ya no de cáncer, de lo que sea.
Hoy la verdad, ver que el Herbalife, ponía en pista a Kuric, y que volvía a ser el de siempre me ha alegrado el día, tanto como leer cada dia ese mensaje de Montse, ese:
“El 2016 es nuestro, ¿noslo tomamos a sorbitos y bocaditos? Vamos a por él”
Así que…el 2016, el 17 y el 2099 (bueno ahí quizás me he pasado) son nuestros….así que toca dejar de lamerse las heridas, saltar a la pista, en busca de un rival que es un cabron…pero nosotros….lo somos más….mucho pero mucho más
cosasdejordi 
Mil gracies
A tu Montse