Los que son, o han sido entrenadores de base, y no tan de base, creo que me darán la razón, en que lo más complicado, lo más difícil de gestionar en un equipo de críos, no es los minutos de los jugadores, no es que jueguen bien, que se diviertan o que aprendan, lo más complicado, y lo peor de un equipo de críos, es sin duda alguna, los padres.

He de decir, que yo he tenido la suerte de tener un padre, el Sr. Perramón, Josep Perramón que es modélico en su comportamiento, mi madre ya es un pelín más hooligan pero mi padre, es modélico, jamás una mala palabra a un rival, jamás una mala palabra al entrenador, ni una crítica a si he jugado más o he jugado menos, es más recuerdo una vez, en Suria, un partido en que solo jugué 5 min, y salía del partido con un cabreo, monumental.
Mi padre, que me viene y me pregunta que pasa, y yo, joder papa que solo he jugado 5 min, y me acuerdo de su respuesta, y os aseguro que me la tome como un axioma:
Pues entrena mejor para que el entrenador no tenga otro remedio que ponerte más tiempo en pista, ganatelo en los entrenos
Una respuesta que es de lógica aplastante, pero que en cambio muchos padres, no ven, ya que en mis muchos años por las pistas me he encontrado padres de todo tipo:
- El padre manager: Ese que se cree que su hijo es como mínimo el próximo Jordan, y que a su hijo, la NBA se le queda pequeña, yo siendo juvenil, me he encontrado un padre que no solo le hacia la estadística a su hijo ( OJO, solo a su hijo) si no que nos venía a nosotros, los jugadores a decirnos que le pasábamos poco la pelota a su hijo, la verdad son papas pesaditos, y se dé más de un jugador que se llevaba broncas de su padre cuando acababa el partido porque no jugaba como él creía que tenía que jugar, y la verdad veías al chaval, que sufría en los partidos, porque el padre le daba «lecciones» tras los partidos
- El padre coach: otro curioso ejemplar que pulula por las canchas, a David y a mí, una vez, un padre, en una reunión, nos llego a cuestionar…hasta los ejercicios que hacíamos en los entrenos, a lo que les dije que podíamos discutir de muchas cosas, pero no de cómo dirigíamos los entrenos, y que si no les gustaba nuestra forma de entrenar, que fueran a la directiva, y pidieran otros entrenadores, fue decir eso, y el resto de padres saltaron con un, no, no que no hemos venido a discutir eso, dentro del padre manager, nos encontramos con la versión PRO, que es el padre, que durante el partido, le da indicaciones a su hijo sobre que tiene que hacer, y como tiene que hacerlo, lo más heavy que he visto, un chaval del SESE, un maquinon que las metía como churros, pero que jugando, no miraba a su entrenador, sino que subía el balón, y miraba a la grada, y entonces su padre le hacia una serie de señas y el chaval actuaba en consecuencia…vaya que lo dirigía el padre desde arriba, eso sí, todo hay que decirlo, te podía meter 45 puntos…como sin querer, este es otro de esos que da «lecciones» al hijo tras los partidos

- El padre que no tiene ni idea, y ve cosas…donde no hay nada, bueno padre o madre, que se ponen a chillar por una acción sin venir a cuento, recuerdo una vez, que en campo del Sant Joan de Mata, me toco defender a un jugador muy tirillas, y en eso que en una jugada, el trata de ganar la posición abajo, y yo cuando él saco el codo para ganar la posición, me tire al suelo levantando los dos pies a la vez, para provocar la personal en ataque, lo cierto es que la caída, fue espectacular, y mi madre, creyendo que a su cachorro le habían hecho daño salto como una fiera a meterse con el rival, raudo como el viento, me levante, me fui a la banda y le dije a mi madre:
“Mama, calla que tu no en tens ni idea, i el que he fet es tirar-me per provacar una falta // Mama, cállate porque tú no tienes ni idea, i lo que he hecho es tirarme para provocar una falta en ataque”
- Otro espécimen de padre, es aquel, que en su vida, ha practicado baloncesto, que desconoce las reglas, que desconoce el juego, y que es incapaz de diferenciar una falta de unos pasos, un padre que se pasa el partido preguntando, que ha pitado, dentro de estos, hay el que sin tener ni puta idea, quieren discutirte que su hijo no ha hecho pasos o falta…cuando el niño ha dado 6 pasos sin botar, o cuando lo ves devolviéndole el brazo al rival porque se lo ha arrancado de un hachazo, eso sí, si su hijo, estornuda en ataque, los ves pidiendo falta como posesos, y tú que estas ahí y te preguntas….qué coño chilla¿?
- El padre sabelotodo, lo critica todo, al entrenador,al arbitro, al rival, a los compañeros, al club, y lo hace ante el niño, como para darse importancia, es un padre muy pesado, y agobiante
- El padre hooligan, versión que puede yuxtaponerse con cualquiera de las anteriores, y que es la verdad sumamente desagradable, ya que son padres que se pasan los partidos, protestando, y eso en el mejor de los casos,
porque en el peor, se lo pasan insultando, tanto al árbitro, como al rival, incluso he llegado a ver, padres, que insultan…a los propios compañeros de su hijo, recuerdo que en Sirius cogimos a un padre de este tipo, y le dijimos, que si volvía a insultar a un árbitro, rival o compañero de equipo, le prohibiríamos entrar en el campo, y que si no desistía, echaríamos a su hijo del equipo.
Hay seguramente muchas más tipologías de padres, pero por suerte, el Sr. Josep Perramón, mi padre, pertenece a esa rara avis, que se pasa los partidos animando al equipo, cierto es que el de básquet entiende lo que yo de física nuclear, pero cuando defendíamos, animaba para que defendiéramos, cuando atacábamos y fallábamos, se le oía con un venga chavales no pasa nada a la siguiente la metemos, que pertenece a esa rara avis, que te dice, tu lo que tienes que hacer es hacer caso a lo que te diga el entrenador, si te dice que hagas eso, lo haces, si te dice que lo hagas de esa manera determinada…lo haces de esa manera determinada, porque para eso es el coach, un padre que cuando otros padres iban contra el coach, les decía siempre lo mismo, si no os gusta, pedid a la directiva que lo echen, pero mientras este, decidles a los críos que hagan lo que les dice.
En fin que yo gracias a Dios, he tenido suerte, eso sí aun recuerdo la vez, siendo juveniles, que las madres, nos amenazaron con venir con los mochos de los palos de fregar, como si fueran los pompones de unas chearleaders….12 tíos…acojonados ante el posible ridículo…pero eso es otra historia…que quizás algún día…os contare.
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